viernes, 27 de junio de 2025

La Defensa Penal en Delitos Sexuales: ¿Luchar por la Justicia o Rendir la Batalla?

La Defensa Penal en Delitos Sexuales: ¿Luchar por la Justicia o Rendir la Batalla?

Por: Miguel Hernando Pulido Mayorga – Investigador Penal


Introducción

He caminado junto a muchos abogados penalistas. He visto su esfuerzo en las madrugadas preparando un contrainterrogatorio, su tensión frente a un juez que apenas los escucha, y su angustia cuando el peso de la acusación parece haberse decidido incluso antes de que empiece el juicio. Este artículo no es un reproche, es una reflexión desde la experiencia, una invitación respetuosa a resistir cuando todo empuja a rendirse.

En Colombia, los delitos de connotación sexual se han convertido en verdaderos campos de batalla procesal y social. La opinión pública, la presión ideológica, y en algunos casos, la desinformación, generan un entorno en el que la presunción de inocencia parece haber sido reemplazada por la sospecha automática.

Este texto busca reconocer la labor de la defensa penal y, al mismo tiempo, recordarnos que aún en los contextos más adversos, la lucha por el debido proceso y la verdad sigue siendo posible y necesaria.


1. El Rol del Abogado Defensor: ¿Técnico, Creyente o Estratega en Tiempos Difíciles?

Ser abogado defensor en Colombia hoy no es para cobardes. Es un rol que exige equilibrio entre técnica, estrategia, humanidad… y fe. Fe en el sistema, en la verdad y en el derecho a ser oído sin prejuicios.

La mayoría de abogados penalistas que conozco no solo cumplen con su deber, lo sobrepasan. Forman equipos con peritos, investigadores y técnicos, atienden con empatía a sus defendidos y luchan, incluso contra todo pronóstico. Pero también es cierto que en ocasiones, la realidad judicial golpea fuerte: la contundencia de los testimonios, la fuerza simbólica del relato de la víctima, y las estadísticas que muestran fallos casi siempre condenatorios, pueden llevar a decisiones procesales tempranas, como los preacuerdos o la aceptación de cargos, no como claudicación, sino como estrategia de contención de daños.

Este artículo no pretende señalar a nadie. Al contrario, rinde homenaje a quienes, en silencio, siguen creyendo en la defensa como vocación. Pero también invita a revisar colectivamente las herramientas, a recordar que rendirse sin intentar puede ser una injusticia tan grande como una condena sin pruebas.


2. La Presión Ideológica: Entre el Activismo y el Estrado Judicial

No se puede negar que hoy el escenario penal está influenciado por fuertes corrientes ideológicas. Movimientos sociales como el feminismo radical o el activismo de género han logrado avances necesarios en la protección de poblaciones vulnerables, pero también han provocado, sin querer o queriendo, una inclinación en la balanza judicial.

Se privilegia la narrativa de la víctima como verdad incuestionable. El acusado, por el solo hecho de ser hombre, entra al proceso marcado por un estigma que resulta difícil de desmontar.

Frente a esto, muchos abogados prefieren no controvertir demasiado, temiendo ser tildados de “revictimizadores” o de “cómplices del patriarcado”. Es un dilema ético y profesional complejo, y es allí donde la inteligencia estratégica y la argumentación jurídica sólida deben ser el escudo del defensor.


3. La Defensa Técnica: No Renunciar a las Armas del Derecho

La Ley 906 brinda herramientas poderosas que muchas veces se subutilizan, no por negligencia, sino por desgaste o por una lectura desfavorable del panorama. Sin embargo, una defensa sin recursos técnicos y estratégicos es como un combate sin escudo.


¿Qué recursos nunca deberían faltar?

  • Peritos independientes: psicólogos, médicos, expertos digitales.

  • Investigación periférica: reconstrucción de hechos, búsqueda de contradicciones.

  • Interrogatorio técnico de los testigos expertos de la Fiscalía.

  • Presentación de los peritos propios como testigos expertos, para explicar fenómenos como la falsa memoria, la alienación parental o la sugestión inducida.

“El dictamen pericial, debidamente controvertido y contextualizado, puede tener valor determinante para acreditar o descartar la comisión de un hecho.”
Sentencia SP4632-2022, Corte Suprema de Justicia

Uno de los errores más comunes es asumir que el informe del perito de la Fiscalía es una especie de verdad técnica inmodificable. Nada más alejado de la realidad. Todo dictamen, por muy científico que parezca, es una opinión especializada, sujeta a contradicción y análisis.

Por eso, una defensa sólida debe insistir en los interrogatorios directos y contrainterrogatorios amplios, técnicamente diseñados y legalmente permitidos, no solo a los testigos de hechos, sino especialmente a los peritos.

¿Qué debe contener un buen interrogatorio a un perito de la Fiscalía?

  • Preguntas sobre su experiencia real en casos similares, su formación académica, su tiempo en la institución.

  • Interrogantes sobre la metodología empleada: ¿fue validada? ¿aplicó protocolos reconocidos? ¿cuántas veces ha sido cuestionada su técnica?

  • Indagación sobre sesgos posibles en la entrevista, errores en la transcripción, omisión de detalles o contradicciones entre el relato verbal de la presunta víctima y lo escrito en el dictamen.

  • Confrontación con otras fuentes: ¿revisó el contexto completo? ¿tuvo en cuenta la versión del acusado? ¿revisó registros escolares, sociales, médicos?

¿Y si la Fiscalía no presenta al perito como testigo?

Allí la defensa debe actuar con iniciativa. La ley no impide que la defensa solicite como testigo directo al perito de la Fiscalía, aun si el ente acusador decide omitirlo. Esto no solo permite interrogarlo directamente, sino que obliga al tribunal a escuchar el informe de forma activa y con posibilidad de contradicción, tal como lo establece el principio de legalidad de la prueba.

Muchas veces la Fiscalía se limita a introducir el dictamen como documento o incluso solo a mencionarlo de forma incidental. En esos casos, si el perito no testifica y la defensa no lo llama, se pierde una oportunidad crucial para:

  • Cuestionar la validez del dictamen.

  • Exponer vacíos metodológicos.

  • Sembrar duda razonable sobre las conclusiones.

El juicio oral no es un trámite: es un escenario vivo, donde el lenguaje, los gestos, la preparación del interrogador y el uso oportuno de la ley marcan la diferencia.

“No hay dictamen infalible; hay dictámenes no contradichos. Y el juicio oral es el único lugar donde se debe librar esa batalla.”
Máxima procesal recogida en doctrina penal contemporánea

En suma, el perito no es una autoridad incuestionable. Es un profesional con límites, y como tal, debe ser escuchado, interrogado y, si es el caso, refutado. Pero eso solo es posible si la defensa se prepara con técnica, con conocimiento y con firmeza.


4. La Pregunta Difícil: ¿Cuánto Cuesta Defenderse?

Es una verdad incómoda: la defensa técnica cuesta. Los peritos, investigadores y abogados capacitados no trabajan gratis. Y sin embargo, frente a una condena de 15 o 20 años por un hecho que no ocurrió o que fue magnificado por intereses ajenos a la verdad, la inversión no es en abogados: es en la vida misma.

Hoy existen alternativas: pagos por cuotas, asesorías escalonadas, alianzas jurídicas, incluso campañas de financiación legal. Pero lo más importante es entender que el precio de una defensa digna no debe verse como gasto sino como escudo de la libertad.



5. Cuando el Proceso Penal ya es un Castigo

En muchos casos, el juicio no ha comenzado y el acusado ya ha sido condenado socialmente:

  • Ha perdido su trabajo.

  • Sus hijos le han dado la espalda.

  • Sus círculos sociales lo han borrado.

Y lo más doloroso: el niño o niña en el centro del conflicto, muchas veces manipulado o confundido por conflictos entre adultos, crece atrapado en una historia que puede no ser del todo cierta.

En estos casos, el rol del abogado no es solo jurídico. Es humano, psicológico, restaurativo. La defensa no solo debe cuidar al acusado, sino proteger la verdad para que no sea víctima también el menor, ni se convierta en herramienta del rencor.


6. La Jurisprudencia Está de Parte del que Lucha

El sistema judicial colombiano reconoce el valor de la defensa activa:

“La falta de diligencia de la defensa en aportar elementos de prueba o solicitar peritajes no puede ser suplida por el juez.”
Sentencia C-209 de 2007, Corte Constitucional

Esto significa que el defensor debe hacer todo lo posible, porque nadie lo hará por él ni por su cliente.


7. Conclusión: No Rendir la Toga

La defensa penal no es un trámite ni una estrategia de supervivencia profesional. Es un acto de fe y coraje. No siempre se gana, es cierto. Pero rendirse antes de empezar es cederle el alma al sistema sin haber peleado.

Este texto no juzga a nadie. Solo busca recordar que aún es posible resistir. Que con técnica, estrategia y humanidad, se puede defender sin ser enemigo de nadie. Defender no es negar el dolor de la víctima; es proteger el derecho de todos a que la verdad no se sacrifique por presión ni por ideología.


Llamado Final

  • A los abogados: Ustedes son más necesarios que nunca. No se rindan. Luchen con las armas del derecho, no con resignación.

  • A los jueces: Sean garantes, no intérpretes ideológicos. La Constitución está por encima de toda agenda.

  • A la sociedad: No condenen sin prueba. Escuchen. Duden. Pregunten. Porque mañana puede ser otro el señalado… incluso usted.


Fuentes consultadas:

  • Ley 906 de 2004 (Código de Procedimiento Penal Colombiano).

  • Corte Suprema de Justicia – Sentencia SP4632-2022.

  • Corte Constitucional – Sentencia C-209 de 2007.

  • Innocence Project – Reportes sobre falsas condenas.

  • Doctrina penal: Fernando Velásquez Velásquez, Jorge Molano Cruz.



Miguel Hernando Pulido 
Director de ABCJuris Investyigadores y peritos forenses

ABCJuris Investigadores judiciales y peritos forenses oficinas en San Mateo Terreros (Soacha), o en Bogotá en la Carrera 15 # 88-21 oficina 702. También puede contactarnos a través de WhatsApp al 57 1 317 414 52 36 o enviarnos un correo electrónico a info.abcjuris@gmail.com o abcjurisoficina@gmail.com


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